lunes, 4 de febrero de 2013

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Si algo debe quedar claro es que las palabras no se las lleva el viento, las palabras se quedan en la mente, se marcan en la piel. Sean susurros o gritos, sean palabras tristes o de amor. Y es que el mayor regalo que tenemos es el de la palabra; no significa que debamos utilizarla siempre, el silencio también es un regalo. Conecta a las personas en un momento mágico, y supongo que es eso lo que me unió a ti, tu forma de callar y decirlo todo, de mirarme y hacerme sentir cosas increíbles. Sentir el olor de tu ropa, el tacto de tus manos frías, el sonido de tu voz y el sonido de tu silencio. Enamoras, con tus mil virtudes y con tus mil defectos.
Te quiero y vivo con la certeza de que esto, no se lo llevara el viento; ni nada ni nadie.